Venus, la archiconocida Diosa del amor, representa tanto el
amor físico como el amor espiritual, ese que es capaz de durar toda la vida y
trascender la misma muerte.
Para la Astrología, Venus también habla de la
autoestima...el primordial amor por uno mismo. Y en la carta natal la ubicación
de Venus y sus aspectos son muy importantes ya que nos describe como nos
sentimos con nosotros mismos, los grandes amores, la forma de seducir y la
relación con los placeres entre otras cosas.
El mito cuenta que Venus nace de la espuma del mar y del
semen de su padre Urano.
Se la ve llegar, magnífica, a la costa; en un amanecer
glorioso, con su larga cabellera suavemente movida por la brisa, parada sobre
una concha marina gigante, que le sirve de cuna y de navío.
Maravillando a dioses y humanos por igual, con su perfecto
cuerpo desnudo, su radiante belleza y femenina seducción.
Nacida para despertar el amor y el deseo sexual nadie escapa
de sus embrujos.
Esta diosa emana la pasión y el deseo que une a los amantes
furtivos y a los amantes esposos. Es el amor vulgar y el celestial. El goce de
los placeres tanto como el disfrute del arte y de lo estético.
Venus encarna todo lo que de bello y refinado existe en este
planeta, y amplía su esfera de influencia más allá de lo que se puede percibir
con los sentidos.
Rompe con la frontera material y es capaz del disfrute
espiritual.
En el mito Venus tiene dos hijos con Marte: Eros, el amor,
que logra lo imposible con sus flechas que certeramente dan en los corazones de
los futuros enamorados; y Anteros, el amor reciproco, porque para que el amor
crezca debe ser correspondido y cuidado con esmero.
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